viernes, 4 de marzo de 2011

Unos cuantos textos de H. Gallardo.

(Pag. 52-53)

RINDO TRIBUTO A UN CLIMA DEPRIMENTE
No quiero quejarme
pero mi podadora de césped se ha descompuesto
y me obliga a pensar
y a buscar amigos

alguna confabulación
tras el hecho sólo para el superficial simple
de una podadora que no arranca
ni en mi mañana libre del jueves
ni el domingo
mientras lo hace con toses y quejas reiteradas
únicamenete el miércoles
guardando completo silencio (como si estuviera en el secreto)
el resto de la semana

No quiero imaginar mal
pero ese conjunto de situaciones
se me hace sospechoso.
Primero fue mi mujer
quien me comunico que solo alcanzaría orgasmos
si el televisor a colores
exhibía la vida de un águila que ya está por extinguirse
y yo me colocaba sus sotenes.

Después vino la globalización
o la inflación, al mismo tiempo,
la fuga de mis hijas
y su regreso embarazadas
una de ellas, no recuerdo bien cuál,
con sífilis.

En esta trama
lo de la podadora
no puede pasar inadvertido.
Existe una conspiración.
No por un quítame estas pajas
se devalúa mi fuerza de trabajo
se picotea mi seguridad sexual
y se humedece
mi magen de patriarca.
No se necesita tanta astucia
para entender
este derrotero conduce
a algún tipo de colapso
de todos los circuitos naturales.

Pero yo no caeré en el lazo
aunque acechen en todos los rincones.
¡Espía, Satán, nadie logrará emboscarme
tu ley de incertidumbre y hielo!

Compraré una nueva podadora.
Acecho el rumbo de quienes me persiguen.
Me mantengo al tanto de su trama
que ha ganado para sí
a las principales regiones de mi césped.
Sé que el frenesí nervioso
con que me agredieron hoy
cinco de los rosales y la petunia
y la lluvia de hojas zarandeadas contra mi por el durazno
anuncian ominosamente
una ofensiva general del enemigo.





(Pag. 126-127)
INSISTIR EN LOS DETALLES
Se confunde uno con los sucesos pintorescos.
Un hombre de la iglesia gran animador de sus clientes
para que apedreen a los homosexuales
fue descubierto nocturnamente por la policía
mientras intercambiaba experiencias
con un joven que labora para él
aunque el parte no indica por dónde.

Alguna gente puso el grito en el cielo
a favor o en contra de cualquiera de las condiciones ya expuestas

(aprovechando el alboroto
unos claman solo para que no se escuche).
Quisiera plantear aquí una cosa diferente.
El asunto no va por si el cura susodicho
es bisexual o gay o cualquier otra opción
que yo por edad e impotencia ni siquiera barrunto.
La cuestión es saber
si el muchacho se dejaba sorber el miembro
con su consentimineto y porque lo necesitaba
o si él sobaba al cura
y le ponía un dedo en el recto
con plena convicción personal
y no porque lo amenazaran con quitarle el agua bendita.

Todavía más, insisto: si uno de ellos le entraba por el ano al otro
en el momento que los iluminó la policía
¿se amaban mutuamente o uno de ellos fingía?

Los gritos
los susurros
¿expresaban convicción carnal compromiso
o solo la curiosidad de una verga itinerante?

No es lo mismo ser un maricón caliente
que un huevón enamorado.
(Conste que aquí maricón es genérico y atávico
y designa la ausencia de sentimientos efectivos).

A los últimos a los enamorados
los ángeles del cielo
los que llenan de flores y les dan de comida.
Aunque no duerman con ellos
a ningunos se le ha ocurrido
gritarles "¡Ya par de playos!" arremetiéndolos a bastonazos
desatino en el que incurrió la policía.
Los ángeles del cielo son derfentes
con las opciones sexuales de la tierra.
Quizás les venga de carecer de vagina y pene y culo
y pelotas y genes
o de haber pasado tanto tiempo en el destierro
protegiendo y guiando a los judíos
o porque consiguieron aprender con voluntad y esfuerzo
que los hijos de Dios
suelen adoptar contradicotriamente posiciones muy curiosas.

***
Más poesía de este señor:

http://gallardohelio.wordpress.com/
http://afinidadeselectivascr.blogspot.com/2008/07/helio-gallardo.html

Artículos y ensayos:
http://www.heliogallardo-americalatina.info/

2 comentarios:

  1. Este me gusta mucho:
    CANCIÓN DE MI PUEBLO (Ni en la muerte)

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  2. Qué increíble la cantidad de material escrito que hay de Helio Gallardo.
    Hasta ahora he leído poco de él, pero lo tengo presente en muchas referencias. De estos dos textos mi favorito es el primero, ¡qué gusto!

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